jueves, 26 de julio de 2012

Hoy es 26 de julio, y es un día de fiesta en Cuba, mi país, y para mí tiene una doble significación, porque un día como hoy, hace 22 años, nació mi hijo más pequeño, Jose Alberto, una suerte de muchacho que se ha ido de las manos porque hace mucho tiempo que dejó de ser el más chiquito.

Jose hoy estudia Medicina, y es algo así como el barredor de tristeza de la casa, el ocurrente, el que siempre te sosprende con algo para alegrar a la familia pequeña: María, su mamá, Maikel, su hermano mayor y yo.

Los cuatro vivimos juntos, y para mí siguen siendo mis niños aunque hayan crecido y hagan su vida, porque para los padres al final los hijos no crecen, y aunque sean unos viejos siguen siendo los pequeños de la casa.

En la casa la hemos pasado de manera tranquila, en familia, picamos una panetela, comimos helado de chocolate, nos hicimos fotos, y ahora les regalo una de Jose con su hermano, porque cada año en el cumpleaños de ambos, siempre el hacerles fotos es como un ritual, para captar la imagen del tiempo y del propio instante en que cumplen un año más.

Por eso este día bendigo a Jose Alberto y a mi familia toda, esa que siempre está conmigo, para alegrarme los días y las noches, como una suerte de la vida que me ha regalado un seno en el que cada día vivo plenamente.

2 comentarios :

  1. Bonitas y sinceras palabras amigo mío, te lo digo pues yo también soy padre de una preciosa niña de 12 años, nuestros hijos marcan el camino de nuestra vejez, ja,ja,ja
    Es muy bonito tu blog Migue, un abrazo sincero y sigue defendiendo las mejores ideas de nuestra patria linda y querida, aquí tienes un amigo de siempre y que siente como nadie la distancia, pero que defiende y mantiene los lazos eternos que unen mi vida a la de mi tierra hermosa...muyyyyyyyyyy orgulloso de ser Tunero y cubano.
    Un saludos sincero desde Barcelona.

    Oscar.

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  2. Gracias por tu mensaje, hermano, gracias por comunicarte conmigo desde el Viejo Mundo y hacerme recordar en un instante nuestros años de estudiantes, cuando andábamos a la caza de las jevitas y todo era un sueño. Un abrazo desde tu tierra.

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